Luego oí una voz que me decía: “Levántate, Pedro, mata y come”. Repliqué: “¡De ninguna manera, Señor! Jamás ha entrado en mi boca nada impuro o inmundo”. Por segunda vez insistió la voz del cielo: “Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro”.

Read full chapter

Bible Gateway Recommends